En las aguas de Mossel Bay, Sudáfrica, se ha documentado un hecho sin precedentes en el mundo animal: una orca conocida como Starboard ha demostrado una habilidad extraordinaria al cazar y matar en solitario a un tiburón blanco juvenil, extrayéndole con destreza el hígado en menos de dos minutos.

Starboard, que usualmente caza en compañía de su pariente Port, ha sorprendido a la comunidad científica al mostrar un comportamiento predatorio independiente, en contraste con la típica caza en grupo que se observa en las orcas. Alison Towner, experta en tiburones de la Universidad de Rhodes, describe esta estrategia como un cambio radical en el comportamiento de estas majestuosas criaturas marinas.

Las orcas, conocidas por su versatilidad y creatividad en la caza de diversas presas, suelen cazar en manadas para abatir presas más grandes como ballenas. Sin embargo, la caza en solitario, como la realizada por Starboard, es menos común debido a que la caza cooperativa les permite capturar presas más eficientemente.

El impacto de este tipo de caza individual en las poblaciones de tiburones de la región es significativo, ya que puede influir en la distribución de otras especies marinas. La ausencia de tiburones blancos y sepias, depredadores clave, podría tener efectos en cascada en el ecosistema marino de la costa sudafricana, afectando a especies presa como focas y peces.

Si bien el logro de Starboard en la caza solitaria es impresionante desde el punto de vista de la eficacia predatoria, también plantea interrogantes sobre el equilibrio ecológico en la región. La coexistencia entre las orcas y otras especies marinas, así como la importancia de preservar la diversidad de los ecosistemas marinos, son temas de reflexión a partir de este fascinante comportamiento observado en la naturaleza.