El trabajo del Centro de Investigaciones de Enfermedades No Transmisibles (CIENTA), que incluyó entre octubre y noviembre de 2013 visitas a 61 establecimientos (41 bares y 20 boliches), arrojó que en el 29,5% de esos lugares fumaban sólo los clientes y que en el 34,4% también los hacían los empleados.

"De las cuatro ciudades que sondeamos nos sorprendió muy favorablemente Córdoba, con cifras de cumplimiento de las leyes superiores al 80%, y en las antípodas estaba Mendoza, donde se fumaba en el cien por ciento de los lugares visitados", indicó a Télam Sergio Daniel López Costa, médico experto en cesación tabáquica y vicepresidente de CIENTA.

Una comparación entre los dos tipos de establecimientos muestra que había gente fumando en el 70% de los boliches (30% sólo el público y 40% también los empleados) contra el 61% en los bares (29,3% clientes y 31,7% clientes y personal).

Como datos adicionales, el sondeo advirtió que en el 90% de los boliches que contaban con algún espacio semi-cerrado (al menos un techo y dos paredes) se fumaba, y que en la mitad de los bares (20 sobre 41) había ceniceros disponibles, al igual que en cuatro de los 20 locales bailables.

Además, en cuatro establecimientos (todos de La Plata) se observó oferta de cigarrillos y en uno de la Ciudad de Buenos Aires se encontró una máquina expendedora.

En cuanto a la exhibición de publicidad, se hallaron afiches y carteles en 12 establecimientos (8 bares y 4 boliches), pero en cinco de ellos no estaban acompañados de las advertencias sanitarias exigidas por la ley.

En cuanto a los carteles de prohibición de fumar, también obligatorios, casi tres de cada 10 establecimientos (17, el 27,9%) no los tenían a la vista.

"Los resultados de este trabajo nos muestran que en las ciudades estudiadas todavía hay mucho que hacer en la noche, ya que se cumple parcialmente la prohibición de fumar en lugares cerrados de acceso público", indicó Juana Kruszynski, especialista en Medicina Legal y Salud Pública y presidenta de CIENTA.

Y agregó: "si los propios empleados del local están fumando, si se venden cigarrillos o se colocan ceniceros, es muy poco probable que los clientes cumplan con la norma".

López Costa consideró "fundamental enfatizar el cumplimiento de los ambientes libres de humo, ya que han demostrado reducir en más de un tercio los infartos, disminuir los síntomas respiratorios, ayudar a las personas a fumar menos e, inclusive, a dejar el cigarrillo y a que los niños y adolescentes no empiecen a fumar".

El experto instó a tener "muy presente que el humo de tabaco es un contaminante que causa desde efectos inmediatos como irritación ocular, en la nariz y la garganta, dolor de cabeza, aumento de la presión arterial hasta enfermedades cardiovasculares, respiratorias y cáncer".

"Se ha recorrido un camino importante en los últimos 15 años pero todavía hay nichos, como la noche, en donde se debe insistir en educar y sensibilizar a los principales actores", alertó el vicepresidente de CIENTA.