Cada vez son más expertos que alertan de la mala influencia que pueden tener las escenas del porno en la vida sexual de las personas: aunque se aprendan algunas cosas, se puede transmitir una idea patriarcal y cosificadora del sexo, crear faltas fantasías o expectativas irreales. Pero, además, puede generar una adicción que aunque no está considerada como enfermedad clínica puede ocultar otros problemas.