Miles de peregrinos procedentes de distintas provincias y países limítrofes realizaron una vigilia en la ciudad bonaerense de San Nicolás para participar de la fiesta religiosa por los 30 años de la primera "aparición" de la Virgen María a una vecina de la zona.

Desde ayer a la medianoche se realizó la tradicional procesión eucarística con antorchas desde la catedral local hasta el santuario de la Virgen y luego el obispo nicoleño, monseñor Héctor Cardelli, presidió la primera misa para recordar ese acontecimiento mariano, consignó por Continental Miguel De Vito, periodista de LT24 de San Nicolás. 

La fiesta de fe popular que lleva por lema "Estoy aquí. Mi corazón está con ustedes", que incluirá fuegos de artificio y el tradicional saludo a la Virgen. Esta madrugada, hubo vigilia de oración en el interior del templo, y de 5 a 13 y de 19 a 21 se celebrarán misas a cada hora, añadió De Vito en La Mañana.

A las 14 comenzó la adoración eucarística en el atrio del templo y a las 15 se realizó la procesión con la imagen de la Virgen por las calles de la ciudad, para finalizar en "el campito", contiguo al templo, con la misa central que presidirá monseñor Cardelli. La imagen de la Virgen María y el Niño Jesús que allí se venera fue coronada el 25 de mayo de 2009 en una multitudinaria misa.

Pero ambas coronas, realizadas en plata y oro por el orfebre Juan Carlos Pallarols con donaciones de los fieles, fueron robadas el 22 de noviembre de 2012. Según estudiosos del Vaticano, la Virgen se habría manifestado por primera vez en San Nicolás el 25 de setiembre de 1983, ante Gladys Quiroga de Motta. Se trata de una mujer de condición humilde, que sigue viviendo en esa misma casa, a 50 metros del lugar donde hoy se encuentra el santuario.

"Haced valer mis derechos", le manifestó la Virgen a la mujer, y a partir de ese momento se produjeron numerosos mensajes y contactos, según ese testimonio. Si bien la postura de la Iglesia Católica y del Obispado local ha sido de cautela respecto al "Milagro de San Nicolás", en la ciudad se despertó una fuerte devoción popular que incluso es vista con agrado por la jerarquía eclesiástica.