Un grafitti amenazante en el baño de hombres de la Facultad de Arquitectura de Universidad de La Plata movilizó a toda la comunidad académica. Utilizando un lápiz, alguien advirtió que iría armado a la ‘facu’ y que mataría “a todos los chetos, principalmente los de la mañana”, con “una redacción y una ortografía perfectas” y la fecha del “2 de octubre”, informó por Continental el decano, Gustavo Aspiazu.

“Tras el estudio de la inscripción por parte de la psicóloga de la unidad académica y de otras profesionales de la Universidad, las autoridades llevamos el tema al consejo directivo y realizamos la denuncia ante la Policía Federal, que le dio traslado a la Justicia Federal”, explicó en Magdalena Tempranísimo.

El edificio de 47 y 117 pasó a estar custodiado, y el hecho llevó incluso a que una cátedra y parte de otra decidieran en la víspera levantar las clases. “Hace un mes, un docente vio la leyenda y nos avisó. Entonces intervino la psicóloga que trabaja en la facultad, y como quedó preocupada tanto por el contenido como por la redacción de la amenaza, consultó con otros psicólogos de la Universidad, y concluyeron que todo apuntaba a una persona totalmente desequilibrada”, relató Azpiazu.

El tema se trató en el consejo directivo, y “se decidió radicar la denuncia ante la Policía Federal, que la giró al Juzgado Federal del juez Blanco, quien dispuso un sistema de vigilancia importante pero muy discreto. Ni siquiera nosotros conocemos los detalles”, apuntó Azpiazu. Ayer, el día señalado por el anónimo personaje, “todo transcurrió con normalidad, aunque, por decisión propia, una cátedra y algunos docentes de otra optaron durante el transcurso de la mañana levantar las clases”, describió Azpiazu.

“Las profesionales que intervinieron fueron las primeras que se preocuparon. Tras indicar que el texto está redactado en letra mayúscula (algo muy propio del ambiente de arquitectura), las psicólogas concluyeron que, por la forma en que estaba redactada la amenaza, se trataba de alguien con un buen nivel de formación y no de una persona improvisada”, comentó el decano. “Dijeron que el autor tenía una personalidad totalmente desequilibrada; que estaba fuera de eje”, añadió.

Azpiazu remarcó que “en la facultad no existen situaciones internas, como enfrentamientos entre cátedras u otras instancias, que den lugar a pensar que pueda tratarse de una advertencia para alterar porque sí el ambiente en la unidad académica”, y aclaró que el estado de alerta “se extenderá durante el tiempo que la Justicia lo decida”.