Las materias que más sufren los jóvenes son matemáticas, lengua, física, historia, química, los idiomas y, paradójicamente en la era 2.0, informática.

“Se vienen las pruebas de fin de año para las que muchos necesitan nota; es la época de mayor trabajo para nosotros”, aseguró Cristina Giglio, profesora de inglés en Florida, en declaraciones que reproduce La Nación.

“Comparado con el año pasado, para esta altura estamos siendo consultadas más, notamos una mayor preocupación y situaciones variadas, chicos que vienen con dos materias y otros con muchas más. Muchos tienen dificultades para estudiar, pero otros consultan y encuentran que la raíz del problema es el desánimo”, indicó Liliana Segat, de Caraballo&Segat Consultoras.

Los problemas de los más chicos tienen su costo para los más grandes. Es que el costo de recurror a docentes particulares para preparar las materias de diciembre o de marzo no es bajo. En el norte del Conurbano, una clase de una hora de inglés llega a cotizar 100 pesos, mientras que en San Telmo se paga hasta 35. Para el resto de los idiomas, las clases promedian los 50 pesos.

La Ciudad de Buenos Aires trabaja en un nuevo sistema de evaluación, donde se considera que el ciclo lectivo no finaliza en diciembre sino en marzo. De este modo, los alumnos que no aprueben alguna materia al 30 de noviembre, deberán seguir cursando con sus profesores habituales hasta el 14 de diciembre. A partir de allí, los jóvenes tendrán que asistir obligatoriamente a clases especiales para preparar las materias.

Además, a diferencia de otros distritos, los alumnos no podrán quedarse con más de dos materias previas o pendientes sin repetir en el año. No obstante, en la Ciudad se jactan de haber bajado el nivel de repitencia de 15% a 6, muy por debajo de la media nacional.