Los ataques a monumentos, plazas y contenedores son cada vez más frecuentes, según las autoridades porteñas.


En 2011 invirtieron 14 millones de pesos y este año creen que los costos subirán. A principios de febrero, y con sólo cinco meses de inaugurada, la escultura al “Negro” Olmedo y a Javier Portales, apostada sobre la esquina de Corrientes y Uruguay, fue víctima por tercera vez del vandalismo urbano. En la última ocasión, los agresores le mutilaron una de las piernas y un brazo a la figura de Olmedo.


Ataques como ése, lamentablemente, ya no sorprenden en el paisaje porteño. La estatua del Pensador fue violentada varias veces, igual que el Obelisco –que fue repintado en cuatro oportunidades- el monumento del Quijote o el de Julio Roca, en Diagonal Sur.

La mayoría de los casos se dan en las obras ubicadas en el centro porteño, según publica el diario Clarín. Para reparar los daños, el año pasado el gobierno de la Ciudad invirtió 14 millones de pesos, o sea, más de un millón por mes.

A cinco meses de iniciado el 2012, el panorama no vislumbra mejor. Los ataques no dejan de multiplicarse y las autoridades del Ministerio de Ambiente y Espacio Público advierten que este año habrá un mayor gasto por el vandalismo urbano.

Pero no sólo los monumentos son atacados. Los contenedores de basura también se ven de un día para el otro rotos, pintados, o directamente desaparecen. Lo mismo ocurre en las plazas y parques

Según un relevamiento de la cartera de Ambiente y Espacio Público porteño, los canteros de la avenida 9 de Julio, los parques Los Andes y Centenario, y las plazas Irlanda, Martín Fierro y Soldati son los que más agresiones reciben.

La mayoría aparece con los bancos o los juegos rotos, cuando no les roban las rejas.