El Gobierno de Japón solicitará a la Unesco el reconocimiento del emblemático Monte Fuji, uno de los volcanes más altos del mundo y el punto más elevado del archipiélago nipón, como Patrimonio Cultural de la Humanidad en 2013.

El Fujiyama (literalmente, Monte Fuji en japonés), con sus 3.776 metros de altura, es considerado sagrado por los japoneses, que acuden por miles para subir hasta su cima en verano, la única época en que el camino hasta la cumbre está despejado de nieve.

Japón pedirá también la inscripción como Patrimonio de la Humanidad de la histórica localidad de Kamakura (al oeste de Tokio), que alberga numerosos templos y una gigantesca estatua en bronce de Buda.

Japón, que cuenta con doce lugares registrados como Patrimonio Cultural de la Humanidad, ya intentó en 2007 que el simbólico Monte Fuji fuera reconocido con ese estatus, sin lograrlo. Dormido desde hace más de tres siglos, el volcán está situado a unos 100 kilómetros al oeste de Tokio y domina con su forma cónica la isla de Honshu, la principal de Japón.

La montaña se convirtió en uno de los principales símbolos de Japón después de ser reproducida en numerosos grabados en madera en el periodo Edo (1603-1868), que tuvo una fuerte influencia en las artes occidentales.