Una pareja de City Bell decidió que su hijo llevara doble apellido, aunque primero el de la madre. La Ley de Nombres obliga a anteponer el paterno. El Registro Civil bonaerense aceptó el pedido. Es la primera vez que ocurre en el país por vía administrativa.

Manuel Vázquez Bernal, de cinco meses y medio, pasará a la historia luego de que el Registro de las Personas de la provincia de Buenos Aires firmara la disposición que avaló el reclamo de los padres del bebé, Laura Vázquez y Gonzalo Bernal, quienes pidieron que figure en el DNI primero el apellido de la mamá y después el del papá.

El cambio en el orden tiene sólo dos antecedentes, uno en Córdoba y otro en Rosario, pero en ambos casos se logró a partir de un fallo judicial, diferenció por Continental Estela Díaz, militante feminista también oriunda de La Plata, coordinadora del Centro de Estudios Mujeres y Trabajo (CEMYT). "Forma parte de desmontar una historia en la cual, por ejemplo, hace muchos años, la patria potestad en caso de separación pasaba automáticamente al hombre, y, en algunos casos, los hombres al separarse prácticamente olvidaban que habían tenido hijos", comparó en La Mañana.

La autorización a anteponer el apellido materno está en línea con el anteproyecto de reforma del Código Civil, impulsado por el Ejecutivo Nacional, que se encuentra en estudio en el Congreso. En esa propuesta, elaborada por un equipo de expertos, se posibilita que los progenitores, cualquiera sea su sexo o estado civil, inscriban a sus hijos con el primer apellido de cualquiera de ellos, o con los dos, en el orden que elijan.

Manuel nació el 29 de diciembre de 2012. Desde entonces, sus papás empezaron a reclamar la inscripción como Manuel Vázquez Bernal. Primero les denegaron la solicitud en el Registro de City Bell, donde vive la familia. Entonces, llevaron el pedido directamente al Registro de las Personas de la provincia. Hasta ahora Manuel no tenía DNI. Recién ahora se empezará a tramitar el documento.

Laura tiene 29 años y es artesana. Gonzalo, 33 y es músico. “La imposición del apellido del padre en primer lugar es una marca patriarcal, una expresión de una sociedad que ya no está vigente”, objetaron ambos.