De acuerdo a un informe de National Geographic, los Mayas llevaban adelante su sexualidad con franqueza y apertura durante milenios. Eso revelan, al menos, los códices que se han encontrado y vuelto a revisar recientemente. Uno de  los ejemplos más claros está en el Códice de Dresde, documento maya del Posclásico. En éste, se aprecia cómo la diosa Ixik es consorte de una deidad más añosa que ella.