Héctor Daniel Staciuk, empleado municipal dedicado a la recolección de residuos en Apóstoles, Misiones, encontró más de cuarenta mil pesos mientras cumplía su labor y se abocó a encontrar a su dueño para devolver la suma, que estaba dentro de un portafolio. Por Continental, aseguró que nunca se le pasó por la cabeza quedarse con el dinero por razones de conciencia y afirmó que “este es un buen gesto para todos mis compañeros municipales”.

La acción fortuita se produjo días atrás en el barrio Andresito. Staciuk contó que en un primer momento no miró el contenido del maletín y que incluso estuvo a punto de tirarlo al compactador. “Pero dije ‘este portafolio me puede servir’, y lo guardé dentro de una bolsa que llevo siempre. Luego cuando llegué a mi casa dije ‘voy a ver qué tiene’, abrí y vi que había papeles con letra chica y le pedí a mi señora que se fije de qué se trataba”, relató en La Mirada Despierta.

En su interior “había facturas de banco, carné de seguros, títulos de propiedad”, pero la sorpresa mayor llegó al revisar los separadores: “Allí estaban cuatro fajos con billetes de 100 pesos, le dije a mi señora ‘mirá que hay plata’, ella no me creyó, agarré y saqué y cada fajo tenía 10 mil pesos, en total 40.000 pesos, mas 1.400 que había aparte”.

Devolver lo hallado, sin embargo, no resultó tan sencillo como podía esperarse. “Había dirección y números de teléfonos, llamamos y no contestó nadie; por la tarde llamé nuevamente, no contestaba nadie. Luego tomé un remís y fui hasta la casa de esta persona, me atendió la empleada, no se encontraba ni el señor ni la señora, le dije que tomara mis datos, que yo había encontrado unos documentos del señor, durante ese día nadie me llamó”, detalló.

Al día siguiente por fin pudo encontrarse con el empresario: “Le conté que encontré un portafolios con documentos (nada le dije del dinero), el señor vino a mi casa al mediodía, le entregué el portafolio con los documentos y el dinero, le dije ‘allí tiene los documentos y dinero, 41.400 pesos’, le pedí que cuente y me dijo que no, que él sabía que estaba todo”, añadió Staciuk.

Agradecido, el dueño del maletín le entregó una buena recompensa, “más de lo que yo creía”. “Nunca dudé en devolver, porque había documentos válidos. Si yo saco la plata y tiro los documentos, ¿cómo va a quedar mi cabeza? Ahora duermo tranquilo, si esto me volviera a pasar, haría lo mismo”, reflexionó Staciuk.