Horacio Quiroga, que cumpliría 173 años el 31 de diciembre, fue tendencia en redes sociales. ¿Quiroga? Si, el escritor de los Cuentos de la selva, Cuentos de amor, de locura y de muerte, Los desterrados y Anaconda habría estado a un paso de ser cancelado por quienes consideran que sus cuentos son demasiado truculentos para niños y adolescentes. 

 Alguien se habría quejado por Twitter de que los cuentos aterrorizaban a los chicos y, aunque el tuit original nunca apareció, la mecha se encendió enseguida: “Los generación de cristal discutiendo que la profesora de lengua “los traumó” por mandarles a leer Quiroga a los 14 años y proponiendo en serio la necesidad de que se elijan libros “más adecuados”. Inaguantables.”, tuiteó un usuario.

"Si te traumó leer a Horacio Quiroga, no sabés lo que te va a traumar tener que salir a laburar", respondió otro con ironía. “Sí, Horacio Quiroga es traumático, pero ¿probaron con leer Twitter todo el día?”.  “Qué dirían de mi abuelo ( nacido en 1890) que me contaba El Fantasma de la Ópera a los 3/4 años para dormir la siesta! Y a mí me encantaba”. 

Conocí a Quiroga a los ocho o nueve, cuando nuestra maestra de cuarto grado, la Srita Olga de Barragué, nos abrió la cabeza con los Cuentos de la Selva. Unos meses después, durante las vacaciones de verano, un violento temporal nos dejó encerrados con mi mamá y mi hermano en un departamento en Miramar durante varios días.

El viento pegaba muy fuerte en las ventanas, veíamos cómo el mar se comía todo lo que estaba cerca de la playa y lo único que encontré en el cajón de una mesa de luz fueron los Cuentos de la Selva,  que ya había leído en la escuela, pero que volví a leer hasta que casi los aprendí de memoria. Durante la tormenta, el libro me sumergía en la selva misionera con sus historias de yacarés batalladores, tortugas solidarias y  flamencos con medias hechas con cueros de víboras de coral. Los cuentos ahuyentaron el miedo al viento que arañaba las ventanas del departamento de la costa Atlántica.  

Si nos espantan los cuentos de Quiroga, qué lugar les queda a los cuentos tradicionales en los que el Lobo se come a Caperucita, Blancanieves es envenenada con una manzana,  una bruja mala persigue niños como Hansel y Gretel y a Pinocho se lo come una ballena.  Desde hace siglos los chicos se fascinan con estos cuentos en los que canalizan miedos, fantasías y emociones. “Morirse de miedo en literatura no está mal”, dice otro tuit y coincido: aunque sea tentador meter a nuestros hijos en una caja de cristal,  en algún momento conocerán el mundo y la literatura es la forma más sana de hacerlo.

Nadie sabe si realmente existió el tuit que intentó cancelar a Quiroga, pero lo cierto es que tuvo un efecto paradojal y los defensores del escritor pasaron el fin de semana recordándolo en redes sociales. La presunta cancelación se convirtió en un homenaje virtual al autor que hace más de cien años se internó en nuestros paisajes para contar historias perfectas.