“Es el tiempo más veloz en el que escribí un libro”, relató la periodista y escritora Graciela Mochkofsky, autora de ‘Once, viajar y morir como animales’.

“Un libro era un lugar muy bueno para poner en contexto lo que había pasado y dar una explicación más amplia sobre la decadencia ferroviaria argentina”, explicó sobre las líneas que describen las circunstancias que llevaron a una formación a chocar contra el para-golpe de una terminal en Balvanera, causándoles la muerte a 52 personas.

“El tren tiene una carga simbólica muy importante para hablar de la Argentina”, señaló la escritora.

“Es el choque contado desde varios personajes”, dijo.

“Ahí el tema central son las vías. El tren debería ir como mínimo a 90 y como máximo a 140, mientras que la última hora es que la formación vaya a 36 kilómetros por hora” en determinados tramos.

Mochkofsky también describió parte de la historia de la línea Sarmiento.

“En los últimos años no hay tantos pasajeros como debería porque todos los que pueden costearlo buscan modos alternativos de llegar a la ciudad” debido a las condiciones en las que se encuentran los trenes.

“El coche que chocó llevaba casi tres veces más de pasajeros de lo que le permite su capacidad”, enfatizó la periodista.

“En el contrato de concesión, hay un máximo de 60 personas sentadas”, remarcó Mochkofsky.

“Córdoba manejaba un tren que hace 20 años debería haber sido vendido para chatarra”, lamentó la escritora, al referirse al conductor del fatídico tren. “Ese tren estaba condenado a chocar. La pregunta no es por qué chocó, sino cómo es posible que esto no ocurra más seguido”, subrayó.