Según el último informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, en nuestro país seis de cada diez menores de 17 años son pobres; esto quiere decir que no acceden de manera completa a alimentos, educación y salud.

Según el informe, el 61,6% de los menores de 17 años no accede plenamente a la Canasta Básica Total. Antes de la pandemia, ese guarismo rondaba el 59,5% de los menores, y durante la crisis por el Covid-19, trepó a casi el 65%.

Por otra parte, el 13,1% de los menores está en el umbral de la indigencia, es decir que no pueden acceder a la Canasta Básica Alimentaria. Así, un 74,7% de los menores no satisfacen de una manera u otra sus necesidades básicas.

Todo esto ocurre pese a que las ayudas sociales para sectores bajos y medio subieron del 41% en 2019 al 49,8% en 2022. Ello implica que la mitad de los menores de 17 años son beneficiarios de la AUH o de algún otro ítem derivado de transferencias no contributivas: el 59,3% de los menores recibe alimentos en forma gratuita.

En 2022, el 61,3% de los chicos de nivel socio-económico medio eran pobres, contra un 54,4% en 2019, es decir una suba del 10 por ciento en términos reales.