El proceso de Agustín Rossi en este gobierno ha sido complejo. Después de muchos años de ser el presidente del bloque oficialista en la Cámara de Diputados, durante la gestión de Cristina Kirchner, fue convocado por Alberto Fernández para ocupar el Ministerio de Defensa en su gestión.

Pero, en las elecciones de medio término de 2021, Rossi quiso concretar su viejo anhelo de competir y ganar una elección en su provincia natal, Santa Fe, y se postulo en las primarias, para competir contra los candidatos del actual gobernador, Omar Perotti.

Alberto Fernández recibió el reclamo de Perotti, presionó a Rossi para que “se baje” de la  candidatura, pero “el Chivo” insitió, estaba en su derecho. El presidente lo terminó despidiendo por televisión en un hecho vergonzozo. Parecía que la historia de Rossi con esta gestión estaba terminada.

Pero poco tiempo después, la soledad absoluta de Alberto y su carencia de dirigentes políticos de peso y experiencia en su entorno, hicieron que volviera a convocar a Rossi, nada menos que para conducir la AFI, el organismo de inteligencia del gobierno.

Parece que lo hizo bien, porque ahora, a pocos meses del fin de una gestión y con Fernández pugnando por ser reelecto, el santafesino fue llamado a ser Jefe de Gabinete de Ministros en reemplazo de Juan Manzur, que se fue a hacer campaña a Tucumán.

Rossi tendrá la compleja misión de defender al gobierno ante la opinión pública y además, y especialmente coordinar el trabajo de un grupo de ministros heterogéneo, que no tiene ninguna voluntad de seguir su línea de trabajo ni tampoco la de Alberto.