El viudo de la docente asesinada Silvia Prigent, detenido este viernes como presunto autor de “homicidio calificado por el vínculo”, dijo al ser indagado que el crimen de su esposa pudo ser cometido por enemigos en el rubro en el que trabaja. Daniel Sfeir, esposo de la docente y padre del único hijo de la víctima, de 14 años, declaró durante cuatro horas ante el fiscal Cosme Iribarren.

Sfeir pasó la noche incomunicado en una celda de la DDI de San Isidro. Lo habían apresado cuando salía de la casa de su madre, en Tigre, por orden del juez de Garantías de San Isidro, Ricardo Costa. El magistrado se basó en las contradicciones de Sfeir en las cinco declaraciones realizadas ante los investigadores, en especial la del 29 de diciembre pasado, día de la denuncia por la desaparición de su esposa.

Esas declaraciones se contraponen con algunas pruebas recolectadas desde el inicio de la pesquisa por el fiscal especializado en Búsqueda de Personas en San Isidro, Marcelo Fuenzalida. Para los pesquisas, dos de las claves fueron las imágenes tomadas por las cámaras de seguridad del Municipio de Tigre y una llamada realizada desde su celular, que lo sitúan en la zona del dique Luján, cercano al lugar del hallazgo del cuerpo de Prigent, el día de la desaparición.

Además, los pesquisas hallaron otros dos llamados que consideraron al menos sospechosos. Uno de ellos es entre el celular de Sfeir y su casa antes de las 18, en el que se sospecha que el ahora acusado convenció a su esposa para ir al lugar donde luego fue asesinada.

El otro se realizó alrededor de las 19 cuando Sfeir se comunicó con una mujer, con la que se cree que el acusado mantenía una relación sentimental. Los investigadores sospechan que el móvil del crimen está vinculado a esa doble vida que llevaba Sfeir.

Para el fiscal Iribarren existen dos declaraciones de testigos que resultaron también fundamentales y que son coincidentes: ambas personas dijeron que Sfeir le prometió a su supuesta amante que "antes de fin de año se iba a sacar de encima" a su mujer.