La fiscalía solicitó la pena de prisión perpetua para el hombre que es juzgado en los tribunales de la localidad bonaerense de Pergamino acusado de haber empujado por la ventana y matado al novio adolescente de su hija, en 2012.

En tanto, Néstor Liber Alvarez, abogado de Núñez, reconoció que su defendido ejerció una "presión psicológica" y que hubo una "instigación al suicidio", el cual prevé una pena de 1 a 4 años de prisión.

Tras los alegatos, el acusado dijo sus "últimas palabras" en las que admitió que la situación "se le fue de las manos" debido a que encontró al adolescente con su hija.

Fuentes judiciales informaron que el abogado de la familia de la víctima, Pablo Caldentey, coincidió con el representante del Ministerio Público y requirió que el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Pergamino condene a Núñez a prisión perpetua por el delito de "homicidio agravado por alevosía".

Además, el letrado pidió que Evangelina Sotelo y Néstor Núñez, cuñados del imputado, y su ex esposa, María de los Angeles Núñez, sean investigados por "falso testimonio" y por su participación "criminal" o, subsidiariamente, por "encubrimiento".

Los jueces Guillermo Burrone, Miguel Angel Gaspari y Danilo Cuestas pasaron a un cuarto intermedio para el viernes 14 de marzo a las 10 cuando darán a conocer el veredicto.

Según las fuentes, el fiscal cambió la calificación de "homicidio simple en concurso real con privación ilegal de la libertad", que prevé una pena de entre 8 y 25 años y por la que Núñez llegó al juicio detenido.

Es que para Mastorchio durante el debate oral se acreditó que el hecho fue un homicidio con "alevosía" cometido por el imputado y no un suicidio como lo aseguraron sus familiares.

El letrado basó la acusación en la declaración del director de Criminalística de la Superintendencia de Policía Científica, comisario mayor Marcelino Cottier, quien afirmó que la víctima fue empujada por un agente externo -el acusado- desde la ventana de la habitación del séptimo piso.

Según el perito, la secuencia fue que después de correrlo por todo el departamento y romper todo lo que se cruzara en su camino, el imputado lo arrinconó contra la ventana, donde lo quiso tirar. Iván se resistió tomándose del marco de la ventana, pero en esa acción, el acusado lo atacó a trompadas, lo desmayó y, vencida la resistencia, lo pudo empujar por la ventana, determinó.

El resultado de la secuencia fáctica confirmó: "Previa violencia física hacia el menor y según el resultado de ADN, la víctima tuvo el contacto por sobre la ventana y sector exterior, interpretándose como signo de resistencia al empuje de un tercero, surgiendo el código genético de Núñez".

Además, el perito descartó el contacto del chico en el balcón contiguo a la habitación, por lo que no saltó desde la ventana hacia ese lugar como sostuvieron los familiares del imputado.

Los peritajes siempre se basaron en tres hipótesis: accidente, suicidio y homicidio.

Sin embargo, el director de Medicina Legal, Eduardo Brero, y el jefe de la División Casos Especiales, Pablo Alberto, coincidieron en que fue un homicidio.

Para los especialistas y por las evidencias recolectadas en la escena del crimen, del análisis del lugar donde quedó el cadáver, el ángulo de caída, los testimonios y el perfil del imputado, se trató de un crimen.

El hecho ventilado en el juicio ocurrió el 6 de enero de 2012 en el séptimo piso "b" de Goyita Salas 440, cerca de la ruta nacional 8, donde la novia de Iván, en ese momento de 14 años, se encontraba sola y a las 3 de la madrugada lo llamó para que fuera a su casa porque su padre había salido.

En la etapa de instrucción se determinó que al llegar a las 8 al departamento e ingresar a la habitación de su hija, Núñez encontró a los novios durmiendo juntos y comenzó a insultar a Iván, lo golpeó y le dijo que se fuera de la casa.

"Andáte de acá, te voy a matar, si no te tirás, te tiro yo", amenazó Núñez al adolescente, según declararon los vecinos.