Un joven de 20 años recibió dos balazos al forcejear con un asaltante que procuraba robar en su departamento del barrio porteño de San Cristóbal, donde irrumpió junto a un cómplice tras engañar a un conocido de la familia que ingresaba en el edificio, ante quien se presentaron como policías que hacían un operativo vestidos de civil.

Así lo denunció la madre de la víctima, identificada sólo como Ana, quien precisó que su hijo, Cristian Berardi, permanecía esta mañana internado en “grave” estado en el hospital Ramos Mejía producto de las heridas que le causaron dos proyectiles: uno que rozó el rostro y otro que ingresó por el cuello y quedó alojado en un pulmón.

La mujer detalló que el episodio comenzó pasadas las 21 de ayer en el edificio ubicado en la calle Catamarca 1155, a unos 50 metros del cruce con la avenida San Juan.

En tanto, fuentes del Sistema de Atención Médica de Emergencia (SAME) dijeron contar con “poca información” sobre la urgencia sanitaria, al sostener que tenían sólo el “registro de un servicio de las 21.28 en ese lugar, producto de que un NN sufrió una herida de bala en cuello”.

Ana, por su parte, especificó que un “conocido” de ella estaba por ingresar en el edificio y otros dos hombres se presentaron como integrantes de la “brigada” de la Policía Federal que realizaban un operativo en la zona, tras lo que le manifestaron que debía franquearles el paso para concretar el procedimiento.

Le expresaron que iban a comenzar por el departamento al que él se dirigía, la unidad “D” del segundo piso, donde tocó el timbre y la mujer, al verlo, le abrió “confiada”. De inmediato, los dos desconocidos extrajeron sendas armas de fuego y manifestaron sus intenciones de robo.

Cuando uno de los asaltantes comenzaba a cargar objetos de valor, como una computadora portátil, arribó Berardi, quien había finalizado su jornada laboral en un local de venta de repuestos para teléfonos celulares, y comenzó a forcejear con uno de los delincuentes.

“Veo a mi hijo forcejeando, grito desesperada y me tiro encima del tipo. Tratábamos de tenerle el brazo en el que tenía el arma (de fuego)”, contó la mujer, tras lo cual hubo tres disparos. Ana, entre sollozos, agregó: “Lo veo (a mi hijo) en el piso, con sangre... Le hablaba y no me contestaba”.

Uno de los tres proyectiles rozó el rostro del trabajador, el segundo ingresó en su cuello y quedó alojado en un pulmón, mientras que el último pegó en la pared, precisó la madre del herido.
“Está grave, tiene comprometido un pulmón”, lamentó la mujer al referirse a Berardi, quien permanecía internado esta mañana en el centro asistencial de la calle Urquiza 609, del barrio porteño de Balvanera.
Los asaltantes, al ver al joven tendido en el suelo, huyeron y, debido a que la puerta principal del edificio estaba con llave, destruyeron la parte vidriada a los tiros y escaparon por el gran agujero que provocaron los disparos.
“Abajo, se escucharon como cuatro tiros más”, relató Ana al referirse a esos disparos, uno de los cuales impactó en una combi Renault Trafic estacionada a pocos metros, sin provocar más heridos.
Por su parte, fuentes del Departamento Central de la Policía Federal consultadas por DyN no brindaron detalles del episodio y se limitaron a sostener que lo investigaban agentes de la comisaría 20.