Durante la primera jornada del juicio oral por el asalto a Carolina Píparo, la víctima se preguntó por qué le dispararon si ella les entregaba igual el dinero y consideró que los imputados “son todos iguales de culpables”. Pese a que ella no pudo identificar a quien le disparó, la madre señaló con seguridad a uno de los siete acusados como el autor de esa agresión.

“Me consideraba precavida pero evidentemente no lo fui” reconoció al detallar que el 29 de julio de 2010 no tomó recaudos al ir a retirar 10.000 dólares y 13.000 pesos de la sucursal del banco Santander Río, de 7 y 42 de La Plata, para comprar una casa.

“Estaciono y no alcanzo a abrir la puerta que me la abren y un hombre me grita ‘dame la guita que sacaste del banco, hija de puta’, y yo grite ¡no! y hasta hoy me pregunto por qué grité ¡no!, porque no era un no de no darle el dinero, y no sé si tomaron ese no como una negativa”, reconoció conmovida.

Relató que sintió un golpe en la cabeza, sangre en uno de sus ojos y que fue “arrancada del auto”, cayendo a la vereda, por lo que le rogó al agresor que no le hiciera nada. Añadió que le dijo: “¡Te doy todo, estoy embarazada! Lo que era una tontería porque mi panza era gigante. No sentí el balazo, no sentí el ruido, me recuerdo de rodillas, sin poder respirar y pensando ‘me estoy muriendo y qué va a hacer mi marido con el bebé’, yo pensé que Isidro no corría riesgo, que estaba protegido”, afirmó y estimó que el balazo se lo habrían efectuado cuando ella estaba de rodillas.

En tanto, María Ema Cometta, la madre de Carolina, señaló hoy al imputado Carlos Burgos como quien efectuó el disparo que hirió a su hija y por el cual murió su nieto Isidro. La mujer sostuvo que el agresor “mostró mucho ensañamiento, ya que empezó a pegarle culatazos con el arma en la cabeza y la tironeaba de los pelos”.

El juicio continuaba esta mañana desde las 9 en los tribunales de la calle 8 entre 56 y 57 de La Plata, con las declaraciones de testigos, informó por Continental el fiscal de Instrucción Marcelo Romero. En Magdalena Tempranísimo, explicó que "ahora los delincuentes trabajan escuchando lo que dice la vecina de la futura víctima, haciendo ese tipo de inteligencia", advirtió.