En la localidad bonaerense de Azul, un joven de catorce años murió al derrumbarse la pared medianera de un edificio abandonado.

Sucedió en el barrio San Martín de Porres, en momentos en que el chico jugaba con dos amigos dentro de la construcción.

Las pericias establecieron que el adolescente murió por un paro cardiorrespiratorio traumático.