Si fuera un guión de una película, el final estaría casi cantado. Todos los que conocen su historia saben que podía terminar así: tanto los vecinos como la Policía hablan de un chico que no tiene límites y atemoriza a todo Villa Jardín, Lanús. Con tan solo 15 años, “Peti” cuenta con varias entradas a la comisaría y reiteradas denuncias por robo. Ahora está involucrado en un caso más grave: lo buscan por el asesinato de un amigo el domingo.

Según los testigos del homicidio, el balazo que mató a Julio Agustín Acosta (20) salió del arma de “Peti” por “accidente”, aunque los investigadores policiales no descartan que haya sido intencional. Tanto la novia de la víctima como un tercer amigo en común, ambos menores, coincidieron en la versión de los hechos.

Los adolescentes contaron que estaban en la casa de Acosta, en un pasillo interno de Moreno y Potosí. Después de cenar pizza con cerveza, “Peti” habría comenzado a jugar con un revólver calibre 38. Apuntaba a las tres personas que lo acompañaban y les decía que los iba a matar.

“Ven que los cago matando”, alardeaba riéndose.

El supuesto chiste terminó cuando se escuchó un disparo.

El tiro le dio en el pecho a la víctima, que murió en el acto.

“Peti” y los dos testigos abandonaron rápidamente el lugar. Cuando la Policía llegó encontró el cuerpo de la víctima y una vaina servida calibre 38. Después de algunas horas localizó a los dos jóvenes que presenciaron el crimen. Estaban escondidos en otras casas de la zona.

En el inicio de la investigación, la Policía inspeccionó las cuentas de Facebook de la víctima y del principal sospechoso.

En ambos perfiles había una foto que corroboraba su relación. En la imagen se lo ve a “Peti” junto al joven asesinado y otros dos amigos. Uno de ellos fue identificado como “El Pelado” Muñoz, preso desde hace un mes y medio luego de que la Policía allanara su casa y encontrara una “fábrica” de escopetas tumberas, como se conoce a las armas de elaboración casera.

Según indicaron a Clarín las fuentes del caso, el adolescente de 15 añosusaba la casa de la víctima como “aguantadero”. Era uno de los lugares en los que se escondía cuando lo buscaba la Policía. Todavía no está confirmado si Acosta tenía antecedentes.

“Peti” ya era tristemente famoso en el barrio Villa Jardín. Los vecinos aseguran que “roba como si dijera buen día” y muchos le tienen miedo. “Si le discutís te pega un tiro”, advierten. También es conocido en la comisaría 5ª de Villa Diamante, donde registra varios ingresos. “En los últimos dos meses había sido detenido en dos oportunidades por denuncias de robo. En ambas ocasiones se le secuestraron armas. Una vez estuvo demorado ocho horas y la otra, cinco”, explicó el comisario Blas Mpatsios, a cargo de la seccional.

Tras una de las detenciones, se elaboró una pericia psicológica que describe su conflictiva personalidad: “...

Posee las características típicas de las personalidades anómalas que hacen sufrir a la sociedad. El causante puede volverse muy retraído, perder la confianza en todos los adultos”. El informe agregó: “... Falta de confiabilidad, de sentimientos de culpabilidad y de vergüenza.

Conducta antisocial sin aparente remordimiento. Resulta recomendable su inmediata asistencia en un centro”.

El 26 de mayo último, su largo recorrido parecía tener un freno. Por orden del Juzgado de Menores N° 3 fue trasladado al Centro de Contención de Menores Gambier, en Abasto, La Plata. Pero se escapó y volvió al barrio. Los vecinos se quejaron porque lo volvieron a ver en la esquina de siempre. “ Es un rastrero, por eso no lo quiere nadie.

Robar a la gente de acá no está bien visto ni por los mismos ladrones”, explican quienes conocen las calles de Villa Jardín. Días después, protagonizaría el confuso episodio en el que murió un amigo.

Al cierre de esta edición, “Peti” continuaba prófugo. La Policía lo buscaba en casas de distintos barrios de Lomas de Zamora y Lanús, al sur del Conurbano. También en la villa Zavaleta, en el barrio porteño de Barracas.


Fuente Clarin