El subsecretario de Política Criminal del Ministerio de Justicia y Seguridad bonaerense, César Albarracín, admitió la posibilidad de “connivencia penitenciaria” en la fuga de Marcelo Segovia, que acababa de ser condenado a 29 años de prisión. En Magdalena Tempranísimo, confirmó que el preso escapó del Penal de Florencio Varela “vestido de mujer”.

“Tanto el penal de Campana como el de Varela son de máxima seguridad, no hay posibilidades de fuga salvo en estas situaciones que no pueden llevar adelante internos sin ayuda”, constató. “Se dio intervención a Asuntos Internos del Ministerio para evaluar las responsabilidades. Entendemos que ha habido como mínimo negligencia”, añadió.

Segovia estaba detenido por el secuestro y asesinato del comerciante Emiliano Martinó, de 33 años, ocurrido en junio de 2010 en Ramos Mejía. “Lo que ha pasado es un dolor de cabeza, no se puede creer que del penal de Florencio Varela Segovia se haya podido escapar pasando 6 controles, se fue vestido de mujer”, dijo Albarracín.

La actual pareja de Segovia, Natalia Vallejos, según la hipótesis principal habría sido que le entregó, el 20 de julio, en una de sus habituales visitas al penal, un bolso que contenía un equipo de mate, un mantel, una frazada para apoyar sobre los bancos fríos y ropa de mujer.

Lo que hace pensar de la complicidad de los guardias es que a todos los que ingresan como visita se les pone un sello, en el antebrazo o en la mano, antes de pasar por un detector de metales y dar el primer paso dentro del penal. A la salida, un penitenciario verifica el sello y le pasa un láser que determina la marca de la tinta intacta, igual que antes de entrar.

“Por orden de (el ministro de Seguridad bonaerense) Ricardo Casal se separó a 5 funcionarios penitenciarios, que son el jefe del taller, el jefe del penal y las tres máximas autoridades”, concluyó Albarracín.