Fabián Osvaldo Rodríguez, con tan sólo 7 años de edad, fue testigo del atroz crimen de su madre, a manos de su padrastro. Lo llamativo de este caso, que conmociona a toda la provincia de Misiones, fue que el menor mantuvo el secreto durante casi una semana y hasta sentirse resguardado, tras lo cual reveló el hecho a una pareja de vecinos.

El pequeño Fabián y su hermanito de 2 años, Claudio, fueron testigos del lugar y las circunstancias en las que fue asesinada su mamá, identificada como Liliana Falcón, de 40 años. En su memoria guardó hasta el último detalle del hecho. No mostró temor y estuvo al lado en todo momento, sin decir nada, sin levantar sospechas y sin despegarse de su hermano.

Tras cometer el crimen en un pinar a varios kilómetros de distancia, el asesino y los dos menores llegaron a la casa de unos vecinos. El atacante inventó una historia para pedir alojamiento en ese lugar y aseguró que su pareja (la mujer muerta) los había abandonado por otro hombre y cruzó al Paraguay.

Narcisa Olivera, la dueña de la vivienda, les dio hospedaje. "No se lo podemos negar a nadie, menos a dos criaturas, y se quedaron en una pieza vacía, estaban con hambre, sin nada, ropa, nada de nada”, contó al diario El Territorio de Misiones. Sin embargo, la mujer vio que el menor guardaba un secreto.

El mayor de los hermanos, finalmente, decidió detallarle seis días después, de qué forma su padrastro golpeó a su madre hasta dejarla inconsciente y tirada en el piso. Contó que la degolló con un cuchillo de mesa frente a los ojos impávidos de los niños. Incluso le habría dado el arma blanca al niño y le ordenó que la tirara a las malezas que cierran los espacios entre los árboles. Fabián, preso del terror, hizo caso y arrojó de inmediato el cuchillo mientras el criminal arrastraba el cadáver hasta alejarlo de la vista de los niños, precisó el medio.

Una vez que supo la historia, Narcisa y su esposo llamaron a la Policía de la localidad de General Urquiza. Los efectivos concurrieron al lugar, pero increíblemente hicieron caso omiso y se fueron del lugar.

“No supimos qué hacer con Carlos, nos mirábamos y no podíamos creer que no hayan hecho nada, para peor al otro día apareció Santiago muy nervioso y quiso llevarse a los chicos, no se lo permití, porque me estaba mintiendo y decía que los iba a llevar con el hermano de la madre (…) le dije que vaya nomás él, que los íbamos a cuidar acá. Ahí desapareció y volvimos a llamar a la Policía, vinieron y tampoco nos prometieron nada, no nos creían”, relató Narcisa.

Decidida a saber la verdad, Narcisa, su esposo y el pequeño Fabián se dirigieron al lugar donde había sido asesinada la mujer. En el trayecto, se encontraron con un hermano mayor del nene de 7 años y siguieron su camino a la escena del crimen.

"Él nos señaló ‘acá es’ y mi marido continuó unos pasos más y encontró el cuerpo, tirado boca arriba, con la mitad atacado por los bichos, los cuervos y las moscas, no se podía respirar del olor (…) fue horrible, no se podía creer lo que veíamos, todo comido el cadáver, lo único que hicimos de inmediato fue alejar a Fabián y mi marido rápidamente volvió hasta el Jardín y avisó a la Policía".

Una vez que la Policía constató el hecho, se dispuso a detener al asesino, quien se había dado a la fuga. Finalmente, ayer y gracias a testigos, lograron detenerlo. "Ahora espero que no lo suelten más y que nos crean cuando pedimos ayuda a la Policía. Ojalá nos den la tenencia, acá somos muy pobres, mi marido hace de todo para darnos de comer, pero podemos educarlos, ya crié a siete, puedo y tengo corazón para dos más", sentencio Narcisa.