Era amigo de la familia y estaba haciendo trabajos de albañilería cuando sorprendió a la hija de 12 años del dueño de casa e intentó violarla. El hermano de la nena, un adolescente, escuchó los gritos y reaccionó. Pero el abusador lo ató, roció la propiedad con combustible y la trató de incendiar. No logró hacerlo: a último momento el chico se soltó, agarró un cuchillo y se peleó con el hombre hasta matarlo. Sin embargo, no pudo evitar que el fuego hiriera de muerte a su propia abuela, una mujer en silla de ruedas.

La tragedia empezó ayer a la mañana en una casa de la calle Salta al 2500, a unas ocho cuadras de la playa y a tres de la principal avenida de San Bernardo. Fue muy cerca de la sede de la Policía Distrital de la ciudad.

El abusador tenía 36 años y era íntimo amigo del dueño de casa desde hacía siete años. Allí hacía trabajos de albañilería y hasta tenía las llaves de la propiedad.

El ataque ocurrió cerca de las 11.30 de la mañana. En ese momento tanto la chica de 12 años como su hermano, un adolescente de 16, estaban durmiendo. El padre estaba en su trabajo –es dueño de una conocida pizzería– y la madre –de la que está separado– vive en otra casa. En tanto, la abuela de los chicos, de 92, estaba en la cocina.

Según contaron los investigadores, el abusador –un hombre nacido en Santiago del Estero– llegó temprano a la casa y comenzó a consumir cocaína, cuyos restos se hallarían luego en el lugar. Al mismo tiempo, “chateaba” en la computadora y miraba pornografía. En un momento, encaró hacia el dormitorio de la nena y se le tiró encima para violarla.

Los gritos de la nena provocaron que su hermano, que estaba en otro dormitorio, se despertara y fuera a defenderla. Pero el abusador lo dominó y lo ató.

Agarró una lata de solvente y roció varias partes de la casa, incluso a la abuela de los hermanos, que también quiso evitar los ataques. Después prendió fuego el lugar con un encendedor.

Desesperado, el adolescente logró soltarse y agarró un cuchillo. La nena aprovechó para salir corriendo. “Ella salió de su casa a los gritos.

Estaba semidesnuda, con una toalla en el cuello.

Nosotros la tapamos con un mantel y la tratamos de calmar”, contó Beatriz, una turista que alquila la casa de enfrente.

El abusador salió detrás de ella. Pero al ver a los vecinos volvió a entrar y empezó a luchar con el hermano. Allí, el chico le dio al menos tres puñaladas, una de ellas mortal.

“A los pocos minutos salió el chico ensangrentado de pies a cabeza ”, explicó Beatriz. También estaba herido.

Cuando los primeros policías llegaron al lugar, parte de la casa estaba en llamas. Sacaron a la abuela y la enviaron al hospital junto a su nieto, herido con algunas puñaladas. El albañil estaba muerto en otro dormitorio, en medio de una importante mancha de sangre.