Lucio Castro, director de Desarrollo Económico del CIPPEC, advirtió que las tarifas de electricidad y gas a los niveles de subsidios actuales representan un 14 por ciento de los gastos de los hogres más pobres, y que eliminarlos en menos de un período presidencial implicaría una suba de al menos el 1,8% en la pobreza y 4% en la inflación, además de retraer fuertemente la economía al frenar el consumo.

Un ejercicio del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) concluyó en que una medida de shock para eliminar los subsidios provocaría en el corto plazo un aumento de 1,8% de la pobreza. También reduciría en un 3 por ciento el ingreso de los sectores medios, duplicaría el peso del costo del gas, la electricidad y el transporte público en el gasto de los hogares con menores ingresos, y sumaría un 4% a la inflación.

"La razón de esto es que a pesar de que hemos tenido una década de tarifas muy bajas (hoy estamos en el piso de los últimos 40 años en las tarifas de energía, gas y electricidad) para los sectores de menores ingresos relativos, los más pobres, el gasto en electricidad, gas y transporte público representa más del 10% del total", refrescó. 

"Una suba tarifaria muy importante generaría una caída del ingreso de estos sectores y, por lo tanto, un aumento de la pobreza. Desde 2005 hasta ahora, el peso del gasto cayó a la mitad. Entonces, con tarifas que ya estaban atrasadas en 2005, hoy estamos en niveles muy bajos". Y recordó que cuando, durante las presidencias de Cristina Fernández, se intentó quitar los subsidios de golpe, provocó cacercolazos en los mismos sectores sociales que piden el fin de los subsidios.