Representantes del gobierno nacional solicitaron a la oposición, colaboración para trasladar la PASO un mes, es decir pasarlas de agosto a septiembre. Si se aceptara dicha medida hay que resaltar que, pese lo que digan los presuntos especialistas en derecho constitucional, el costo institucional es cero.

Esta firma ha resaltado y remarcado con reiterada y plomiza insistencia que la primigenia idea de suspender “por única vez” las PASO, es un retroceso institucional que siembra un antecedente calamitoso. Las primarias han sido, guste o no, un paso adelante en materia institucional de enormes proporciones. Han democratizado el sistema de selección de candidatos que se encontraban en manos de cinco “capitostes” partidarios y lo han llevado a manos de la gente.

Y si la gente se ha acostumbrado a usarlas o no es un tema diferente que tiene que ver con la cultura política de un pueblo, pero quitarles las herramientas, hace impensable que alguna vez la cultura política se adquiera.

Es verdad que toda política pública merece una revisión a los 10 años de articulada, y las PASO no son excepción. Hay que modificarlas, para que los dirigentes no se abusen de ellas, estableciendo un mecanismo, por ejemplo, que quien va con lista única compita directamente en la general y no tenga fondos estatales ni espacios para publicidad en la primera fecha de agosto.

Incluso se ha remarcado en estas líneas que no es válido el argumento de coste económico de la PASO. Que es mucho mas el dinero que se invierte en sostenimiento del os partidos políticos y en “capacitación de dirigentes” (se ve que nadie toma los cursos) que en celebrar primarias, y que si se quiere ahorrar en gasto político, lo que hay que haces es dejar de entregar dinero a los partidos a cambio de nada y no suspender las primarias.

Pero postergar las PASO un mes, en un marco de pandemia mundial, es una medida de mínima prevención que carece de relevancia institucional y puede tener un alto peso sanitario. Si hacemos las primarias en septiembre en lugar de en agosto ¿Qué nos cambia?

La oposición no puede cavilar ridículamente sobre este tema. Ni utilizarlo para fines politiqueros, no ofenderse porque se le propuso a Ritondo y no a Vidal, a Bullrich y no a Morales, es ridículo, la propuesta tiene sentido y no genera daño ni desliz institucional y los problemas internos se arreglan para adentro, no a costa de la gente.

Tales cosas no pueden ocurrir, no solamente porque el endeble esquema institucional argentino no tolera mas estupideces y mezquindades, sino porque daña a la propia oposición a los ojos del ciudadano.

Si JxC quiere oponerse a las políticas oficiales, tiene una parva de cosas mal hechas para criticar y no un simple cambio de un mes, por un tema de salud pública mundial, si lo hiciese se desgastaría de un modo que dejaría al país sin opciones de alternancia.

No importa de si Máximo lo habló con Juan o con Pedro, Máximo no podía convocar a una convención partidaria para hablarlo, no es su problema, ni nos importa a ninguno de nosotros. La PASO pueden postergarse un mes sin ningún costo institucional y si la oposición no lo acepta deberá exponer una razón muy, pero muy seria, para no caer en un descrédito sin retorno.