Más de 500 manifestantes, incluidos 69 menores, han muerto durante estas movilizaciones, según la agencia de Activistas de los Derechos Humanos, HRANA (por sus siglas en inglés). A esta cifra se suman dos personas que fueron ejecutadas por el gobierno y al menos otras 26 podrían correr la misma suerte, en lo que la entidad Amnistía Internacional ha llamado "juicios falsos". 

Aunque las movilizaciones a nivel nacional ya han ocurrido en Irán en anteriores ocasiones -una en 2017 que duró hasta principios de 2018 y otra en noviembre de 2019- las protestas actuales son únicas porque involucran a personas de todos los estamentos sociales y son las mujeres quienes han tomado el liderazgo bajo el lema "Mujer, vida, libertad".

La Generación Z de Irán ha estado al frente de estas protestas, desafiando las estrictas normas religiosas y marcando nuevas tendencias, como la quema de pañuelos o velos que se llevan en la cabeza.

Otra nueva tendencia entre los jóvenes manifestantes es el llamado "quitarle el turbante": acercarse sigilosamente por detrás a los clérigos musulmanes chiitas, quitarles el turbante de un manotazo y salir corriendo.