Al menos 14 personas murieron y 28 resultaron heridas, según las cifras parciales suministradas oficialmente, por un atentado perpetrado hoy contra un autobús en la ciudad rusa de Volgogrado, un día después de que una suicida acabara con la vida de 17 personas en la misma localidad. Entre los heridos figura un bebé de entre cinco y seis meses de edad, informó a los medios la ministra rusa de Sanidad, Veronika Skvortsova.

El presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó a todas las agencias federales reforzar la seguridad en Volgogrado y en todo el país, según informó en un comunicado el Kremlin, medida considerada "insuficiente" por el ultranacionalista Partido Liberal Democrático de Rusia. El mandatario ruso cursó varias instrucciones al comité que se encarga de coordinar los esfuerzos en materia antiterrorista, para "reforzar la seguridad en toda Rusia y, específicamente, en la región de Volgogrado".

La explosión de hoy, según los primeros análisis del Comité de Investigación (la Policía federal rusa), fue causada por un artefacto compuesto por cuatro kilogramos de TNT y perpetrado por un suicida y no mediante un artefacto explosivo activado a distancia. El vicegobernador de la región, Valisi Galushkin, calificó de "horroroso" el ataque y remarcó que el balance de víctimas del atentado es todavía preliminar, informó la agencia Interfax.

"Los investigadores creen que el momento y el lugar del atentado terrorista fueron elegidos porque esta línea de autobuses es utilizada por muchas personas, incluidos estudiantes de muchos centros cercanos", precisó el portavoz de este organismo policial, Vladimir Markin. "Del autobús quedó sólo la carcasa (...) La explosión fue de tal fuerza que reventó la ventanas de un edificio de viviendas de cinco plantas que está enfrente", subrayó Markin.

Los investigadores creen que los atentados del domingo y del lunes están conectados. Las dos bombas empleadas tenían fragmentos metálicos similares, colocados en los artefactos para causar más daños. De este modo, Rusia es golpeada con dos atentados suicidas en menos de 24 horas en Volgogrado (ex Stalingrado) que parecen tener el sello de radicales islamistas chechenos.

Es que líderes de la guerrilla islámica que actúa en el Cáucaso Norte habían amenazado con una ola de ataques para impedir la celebración de los Juegos Olímpicos de Invierno, que serán inaugurados en la ciudad rusa de Sochi dentro de seis semanas. Luego de este segundo atentado, Volgogrado, nudo de transporte del sur europeo de Rusia con poco más de un millón de habitantes, quedó presa de miedo y las autoridades tuvieron que calmar a la población y desmentir rumores.

Rusia tendrá por primera vez en su historia los Juegos Olímpicos de Invierno, acontecimiento de primera importancia para Putin y para el que se necesitará una acreditación especial también para los espectadores. Y pese a que los islamistas en la región del Cáucaso Norte amenazaron con perturbarlos, Shukov aseguró que con esa acreditación especial "el espectador será identificado exactamente".