En Uruguay, un centenar de presos de ambos sexos comenzará a trabajar en febrero.

Será en el marco de un plan piloto de poda, limpieza y retiro de maleza en la costa este del país.

La medida forma parte de un plan para prevenir incendios forestales.

El dinero recaudado por la venta de la madera se destinará al pago de un salario de ciento veinte dólares para los presos y ayuda social para sus familias, así como para un fondo de reparación a víctimas de delitos.