La tercera congregación de cardenales preparatoria del cónclave que elegirá al sucesor de Benedicto XVI comenzó este martes en el Aula Nueva del Sínodo del Vaticano.

A la reunión, que comenzó pocos minutos después de las 9.30 (5.30 en Argentina), asisten los 146 purpurados ya presentes desde el lunes, más los que llegaron en las últimas horas a Roma, número que será facilitado al final de la sesión por el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.

De esos 146 presentes el lunes, 107 son cardenales electores, es decir menores de 80 años y que podrán -como establece la normativa de la Iglesia- entrar en la Capilla Sixtina para elegir Pontífice.

El Colegio Cardenalicio está compuesto por 207 miembros, de los que 117 son electores y el resto superan los 80 años, por lo que no pueden entrar en el cónclave, según la normativa de la Iglesia, pero si pueden ser elegidos papa.

De esos 117, dos renunciaron a participar en el cónclave. Se trata del indonesio Julius Darmaatmadja, por enfermedad, y el británico Keith O`Brien, ex arzobispo de Edimburgo acusado de "comportamiento inapropiado" hacia otros religiosos en la década de los años 80.

El cardenal decano, Angelo Sodano, ya dijo que hasta que no estén todos los electores no se fijará la fecha del segundo cónclave del tercer milenio. Faltan por incorporarse ocho, que llegan en las próximas horas a Roma.

Este martes sólo se celebrará una congregación general (reunión) y este miércoles lo mismo, según decidieron los purpurados.

En el primer día se celebraron dos, una por la mañana, más técnica, que comenzó con el rezo del "Veni Sancte Spiritus", en latín, con el que invocaron la ayuda del Espíritu Santo, lo mismo que hicieron este lunes.

En la segunda, por la tarde, el Predicador de la Casa Pontificia, el franciscano Raniero Cantalamessa, pronunció la primera meditación de las dos previstas durante estas jornadas preparatorias.

En estas congregaciones (reuniones) se tratan los asuntos de la Iglesia previos al cónclave y se fija su fecha de inicio y también sirven para que los cardenales se conozcan mejor, comenten la situación de la Iglesia y diseñen el perfil del próximo papa.