El informe, a cargo de ex fiscales de los tribunales internacionales para la ex Yugoslavia y Sierra Leona, recoge miles de fotografías y documentos en posesión de las fuerzas del presidente Bashar Al Assad desde marzo del 2011 hasta agosto del 2013. El trabajo, de 31 páginas y difundido por el periódico británico The Guardian y la cadena de noticias CNN, denunció “ejecuciones sistemáticas” de al menos 11.000 detenidos, la mayoría hombres jóvenes.

Además, indicó que los cadáveres presentaban señales de torturas, como estrangulamiento, choques eléctricos o la remoción de los ojos. Las imágenes e informaciones fueron obtenidas por un fotógrafo de la policía militar, al que se lo conoce como “César”, que filtró unos 55.000 documentos al Movimiento Nacional Sirio, un grupo que apoya a los rebeldes y es financiado principalmente por Qatar.

Ese país árabe encargó el informe al ex fiscal de la corte especial para Sierra Leona, Desmond de Silva, al ex fiscal del enjuiciamiento del ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic, Geoffrey Nice, y al profesor David Crane, responsable de acusar al presidente de Liberia Charles Taylor por “crímenes de guerra” en Sierra Leona.

Las revelaciones del trabajo, que fue enviado a las Naciones Unidas (ONU) y a grupos de Derechos Humanos, coinciden con el inicio mañana de la conferencia de paz conocida como Ginebra II. Según The Guardian, la publicación del informe fue “deliberadamente programada” para que ocurra el día previo al encuentro que buscará una salida pacífica al conflicto armado en Siria.

La fuente de la investigación, “César”, dijo que su labor era “tomar fotografías a los detenidos asesinados”, pero indicó que nunca presenció torturas o ejecuciones. Agregó que veía hasta 50 cuerpos por día y que a cada uno le asignaban un número de referencia. Según el informe, “la razón de las fotografías fue doble: crear un certificado de defunción sin que las familias vean el cuerpo, evitando así que las autoridades tengan que dar una explicación veraz de sus muertes; y además confirmar que las órdenes para la ejecución de los individuos se llevaron a cabo”.

The Guardian precisó que a las familias de las víctimas se les informaba que la muerte fue por un “paro cardíaco” o “problemas respiratorios”. El equipo de investigación indicó que las imágenes son “evidencias claras” que “apoyarían los cargos de crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra contra el actual régimen sirio”.

Da Silva comentó al diario británico que las pruebas demuestran “una matanza a nivel industrial” por parte de Damasco. El gobierno de Assad no realizó ningún comentario sobre el informe, pero siempre negó la violación de derechos humanos durante el conflicto civil que empezó en 2011.