Los combates entre el Ejército y los rebeldes sirios continúan en Damasco y Alepo, la segunda mayor ciudad de Siria y capital económica del país, tras votarse el viernes en la Asamblea General de las Naciones Unidas una condena a la violencia en ese país.

En la noche del viernes, las tropas gubernamentales establecieron su control sobre una parte del distrito capitalino de Tadamun y procedieron a liberarlo de los rebeldes. Anteriormente se informó que ese era el último bastión de la insurgencia en Damasco.

En Alepo, al norte del país, el Ejército también está librando duros combates contra los rebeldes, que en la noche del viernes fracasaron en su intento de tomar los edificios de la radio y la televisión en esa ciudad, informó hoy un corresponsal de la agencia rusa de noticias RIA Novosti.

La batalla por Alepo puede cambiar el curso de la guerra en Siria. Si el Ejército logra imponer su control total en Alepo, lo mismo pasará seguidamente en todas las demás ciudades de importancia, aventuraron analistas occidentales.

Si ganan los rebeldes, tendrán la oportunidad de crear una "zona de seguridad" a lo largo de la frontera noroeste con Turquía y así poder controlar el norte de Siria y continuar su lucha contra el Gobierno de Bashar al Assad, agregaron.

Los enfrentamientos entre las fuerzas leales al presidente sirio Al Assad y los grupos armados de la oposición causaron en Siria más de 16.000 muertos desde marzo de 2011, según estimaciones de la ONU.