Rusia instó este sábado a presionar al Gobierno y la oposición armada para terminar con la violencia en Siria, en tanto anunció que no consentirá las inspecciones de sus buques, tal como lo prevé el nuevo paquete de sanciones de la Unión Europea (UE) contra el país árabe.

El ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, se pronunció hoy por presionar sobre todas las partes en Siria para cesar cuanto antes el derramamiento de sangre y cumplir de buena fe todos los puntos acordados en la reunión del Grupo de Acción en Ginebra, el 30 de junio.

El conflicto entre la oposición armada y el Gobierno de Bashar al Assad, causó más de 16.000 muertos en Siria desde marzo de 2011, según altos funcionarios de la ONU.

Mientras que el portavoz de la cancillería rusa, Alexandr Lukashevich, dejó claro que Moscú no piensa participar en el cumplimiento de las resoluciones de la UE contra Siria, consignó la agencia rusa de noticias RIA Novosti.

"En particular, no vamos a examinar las solicitudes, ni consentiremos la inspección de buques de bandera rusa, ni que se apliquen otras restricciones en relación con ellos", advirtió el diplomático en un comentario publicado hoy en la web de la cancillería.

Según Lukashevich, Rusia reafirma su postura de principios que consiste en el "rechazo de sanciones unilaterales contra Siria".

Anteriormente, la cancillería rusa calificó de "embargo naval y aéreo" el 17º paquete de sanciones que el Consejo de Asuntos Exteriores de la UE adoptó contra Siria el pasado 23 de julio.

Entre otras cosas, la UE obliga a los Estados miembros a inspeccionar en sus aguas territoriales las naves aéreas y marítimas de terceros países ante la sospecha de que transporten a Siria armas o equipos para reprimir protestas.

Lukashevich destacó hoy que estas sanciones "violan la soberanía nacional, el principio de la no injerencia en los asuntos internos y las prerrogativas del Consejo de Seguridad de la ONU en lo concerniente a la preservación de la paz y la seguridad internacionales".