La canciller alemana, Angela Merkel, se reunió con el primer ministro griego, Antonis Samarás, para hablar sobre la crisis de deuda y las medidas de ahorro al que está obligado el país heleno para recibir el siguiente tramo de ayuda internacional. También se encontró con el presidente de la república helénica, Karolos Papoulias, y mantuvo una charla con empresarios alemanes y griegos, en la que es su primera visita al país desde que comenzó la crisis.

Mientras, alrededor decenas de miles de personas se congregaron a las puertas del Parlamento para mostrar su repulsa por el duro programa de ahorro impuesto a Grecia y por la visita de Merkel a la que consideran responsable, en parte, de las elevadas tasas de desempleo y la contracción de la economía helena.

En ese marco, se produjo la habitual represión policial con porras, que no se generalizó ni prolongó como en otras ocasiones.

También en la plaza central de Omonia se reunieron miles de seguidores del partido comunista KKE al grito de “Levantamiento popular contra la política de ahorro”.

La televisión estatal NET informó ya de las primeras detenciones, al menos veinte, en el marco de la marcha contra la premier alemana, a la que los carteles populares denominaban "La hija de Hitler" y le pedían "Fuera de Grecia" y "no al IV Reich". También se quemaron banderas con la esvástica.

El gobierno conservador de Grecia necesita premiosamente que se apruebe el segundo tramo de ayuda de 31.500 millones de euros, para el que es necesario un informe positivo de la troika de acreedores formada por la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE).

En este sentido, desde Bruselas, el jefe del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, exigió a Grecia que cumpla con las reformas exigidas “antes del 18 de octubre”, cuando se celebra la cumbre de la Unión Europea. “Necesitamos que Grecia haga más”, declaró por su lado la jefa del FMI, Christine Lagarde, tras finalizar la reunión de ministros de Finanzas de la zona euro el lunes.