"Trabajaré sin descanso para defender un modelo de convivencia que nos ha dado a todos el mayor período de estabilidad", enfatizó ayer en una conferencia de prensa en la Moncloa, en la que hizo su balance de 2013. "Voy a dedicar todos mis esfuerzos para evitar que los catalanes y el resto de los españoles se vean perjudicados por una iniciativa política que ha generado incertidumbre y fractura social", añadió.

Hasta ahora, Rajoy había intentado minimizar el impacto del acuerdo anunciado hace dos semanas por el presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, y sus aliados separatistas para convocar a un plebiscito el 9 de noviembre de 2014 en el que se consulte a los catalanes si quieren la independencia de España.

Pero fue más allá de augurar que la consulta soberanista nunca se hará. "Este proceso dañará a toda España y en especial a Cataluña", dijo Rajoy. Y advirtió que está dispuesto a sentarse con Mas, pero no para negociar sobre el referéndum. "Digo sí a dialogar con todo el mundo, pero no a dividir a España", señaló.

Fue en referencia a una pregunta sobre el mensaje de Nochebuena del rey Juan Carlos I, que pidió a toda la dirigencia política que se abriera al diálogo "con generosidad" y llegado el caso "actualizara" los acuerdos de convivencia que rigen la vida española desde la transición democrática.

Mas insistió en que 2014 será el año en que los catalanes "conseguirán su libertad" y descartó abandonar el plan soberanista. Incluso, en una entrevista que concedió al diario italiano La Repubblica, reconoció que una Cataluña independiente podría quedarse fuera de la Unión Europea (UE). Habló de la necesidad de crear "un régimen transitorio" para volver a integrarse luego al bloque. La apuesta al bloqueo de Europa es una de las principales armas del gobierno de España, ya que cualquier nuevo miembro tiene que ser aprobado por unanimidad.

Rajoy convocó a la prensa nacional e internacional a la Moncloa para hacer su balance del año. Fue la única conferencia de prensa en todo el año en la que se permitió una cantidad grande de preguntas, algo atípico para la democracia española. A partir de los escándalos de corrupción que salpicaron desde enero pasado al Partido Popular (PP) y a su persona, el presidente sólo aceptó responder preguntas en las ocasiones en las que lo obligaba el protocolo, como en las visitas de otros jefes de gobierno.

Su principal objetivo fue enviar un mensaje de optimismo a partir de los indicios de que la grave crisis económica que comenzó en 2008 empieza a moderar su impacto. Habló únicamente de eso, antes de pasar al turno de preguntas y respuestas.

"Los esfuerzos más duros ya los hemos hecho y hemos dejado atrás la recesión. El año que viene dejaremos atrás miedos e incertidumbres", sentenció. En ese sentido, destacó que cuando acabe este año el número de inscriptos en el seguro de desempleo será inferior al de 2012.

Intentó así exhibir una mejora en el mercado laboral, aunque las estadísticas oficiales muestran que la tasa de desempleo sigue por encima del 26% y es superior a la de fines del año pasado.

El menor número de beneficiarios del seguro de desempleo puede responder a gente que dejó de buscar trabajo o que emigró.