El presidente de México, Enrique Peña Nieto, lanzó hoy, en una breve visita a Guerrero, un plan para reactivar la economía de ese estado sureño, que tiene fuerte dependencia del turismo y está devastada tras el asesinato de seis personas y la desaparición de otras 43 a fines de septiembre pasado.

Por otra parte, la única hija del legendario guerrillero mexicano Lucio Cabañas, Micaela, que vive en Guerrero, pidió asilo político a Estados Unidos, tras ser amenazada de muerte reiteradamente luego del asesinato nunca aclarado de su madre en 2011.

Peña Nieto dio a conocer una "estrategia emergente" que permita el resurgimiento de la economía regional, en un acto en el Forum Mundo Imperial del centro veraniego de Acapulco, una de las principales ciudades del estado.

Las medidas incluyen apoyos fiscales a empresarios de ciudades turísticas como Acapulco e Ixtapa-Zihuatanejo, Chilpancingo -la capital- e Iguala, la ciudad donde desaparecieron los estudiantes. "Es necesario mejorar las condiciones económicas del estado para garantizar paz y tranquilidad social", afirmó el mandatario.

"No perdamos de vista que el empleo de muchos guerrerenses depende de la actividad turística, es el principal motor de la costa de Guerrero", señaló durante su visita de tres horas a este estado, uno de los más pobres del país, en la cual también inauguró un puente en la localidad Coyuca de Benítez.

Peña Nieto sostuvo que en Guerrero se observa "un clima de armonía social, de paz y de actitud para superar la adversidad" y llamó a los habitantes de esta provincia a unirse "con gran entereza", en la "construcción de un mejor estado y un mejor país".

En tanto, Micaela Cabañas, cuyo padre era maestro de escuela luego de recibirse en la normal rural de Ayotzinapa, en la que están matriculados los 43 estudiantes desaparecidos, dijo que tras el asesinato de su madre vive "exiliada" dentro de Guerrero por el temor a que la maten.

Su padre, que lideró el Partido de los Pobres, una de las organizaciones insurgentes y clandestinas de los años 70, también fue asesinado en 1974.

Micaela, que es maestra de educación artística pero no ejerce por miedo, y tiene un hijo de 11 años, afirmó que no puede salir de su casa sin estar pensando cómo vestirse para que no la reconozcan.

La mujer afirmó que ha acudido a las marchas que se realizan en el estado tras la desaparición de los estudiantes, pero "siempre con el rostro cubierto para que no me reconozcan".

"Te va a pasar lo mismo que a tu mamá", es la frase que le suelen decir cuando la llaman para amenazarla, según confesó.