España consiguió apoyo internacional por la expropiación de YPF. El Fondo Monetario y el G20 consideran que el asunto es “bilateral”.

Pese a ello, los medios ibéricos consideran que el Gobierno de Mariano Rajoy consiguió un aval “implícito” al mencionarse la “protección de las inversiones” en el Grupo de los 20.

Por su parte, tras anunciar que dejará de comprarle biodiesel a la Argentina, el Gobierno peninsular aspira a que la Unión Europea suspenda las preferencias arancelarias, que representan unos tres mil cien millones de euros.

La medida fue minimizada por la presidenta Cristina Fernández, que objetó: “Si quieren pagar más caro el biocombustible, no lo vamos a cuestionar; es una decisión soberana”.

En tanto, el ministro de Planificación e interventor de YPF, Julio De Vido, se reunió con la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, para garantizarle que las concesiones adjudicadas a Petrobras se mantendrán.

También buscan socios para reactivar a la petrolera y dinamizar la producción. Por ello, además de la empresa brasileña, se negocia con multinacionales como la estadounidense Exxon Mobil (que se fue hace muy poco de la Argentina), la china Sinopec y la noruega Statoil.