La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), con sede en La Haya, es la responsable de hacer cumplir la Convención sobre Armas Químicas aprobada en 1997. Se trata de un organismo independiente que trabaja de manera estrecha con Naciones Unidas. Hasta ahora han firmado la convención 189 países, y el 14 de octubre a ellos se les sumará Siria.

Los países signatarios otorgan permiso a la OPAQ para que compruebe sus arsenales y controle su destrucción. La OPAQ da también ayuda técnica a los Estados en su eliminación de este tipo de armas. En caso de sospecha de uso de armas químicas, la OPAQ puede enviar inspectores para comprobar que las sustancias tóxicas se utilicen realmente sólo para fines civiles.

Desde 1997 se han llevado a cabo más de 5.000 inspecciones en 86 países, en las que fueron destruidas unas 58.000 toneladas de los arsenales declarados por las naciones. Se trata del 80 por ciento de las existencias conocidas. El secretariado de la OPAQ en La Haya cuenta con unos 490 trabajadores, de ellos unos 200 inspectores. Desde 2010 la organización está dirigida por el diplomático turco Ahmet Uzumcu.

El máximo órgano de la OPAQ es la asamblea general de los países signatarios, que se celebra de forma anual, mientras que el Comité Ejecutivo se encarga de dirigir la labor. Sus 41 miembros se reúnen al menos cuatro veces al año. El presupuesto de la organización es de unos 70 millones de euros para 2013.