Dos ataques separados perpetrados en el norte de Nigeria, provocaron una verdadera masacre con al menos 60 personas muertas que, según testimonios, tienen que ver con la lucha religiosa entre la mayoría musulmana y la minoría cristiana. Residentes de las localidades afectadas culparon por las masacres a pastores musulmanes armados de la etnia fulani.

En el Estado de Plateau, en el centro de Nigeria, 30 personas, entre ellas dos soldados, murieron cuando unos pastores atacaron dos aldeas cristianas en la región de Riyom.  Un vecino de uno de los asentamientos explicó a los periodistas que "un grupo de pastores fuertemente armados irrumpió en las aldeas de Rajak y Atakar y dispararon a los residentes", con un luctuoso saldo de 19 muertos en Rajak y 11 en Atakar. Otros vecinos fueron heridos con machetes y armas, y muchas casas fueron incendiadas por los fulani.

La portavoz de la Policía estatal, Felicia Anselmo, confirmó estos ataques a los periodistas en la capital de Plateau, Jos, pero rehusó dar la cifra de víctimas. Este fue el último de una serie de enfrentamientos recurrentes en esta región entre pastores musulmanes y agricultores, en su mayoría cristianos y considerados como los primeros colonos en Plateau.

El otro ataque se registró en el Estado norteño de Kaduna, donde otro grupo de pastores fulani mató a 30 personas y prendió fuego a viviendas en tres aldeas (Kirim, Zagan y Zandyen) en la región de Kaura. Un residente del pueblo vecino de Zankan señaló que los hombres armados invadieron las localidades durante la noche y relató que hasta el momento "enterramos a 30 cuerpos, pero muchas personas siguen desaparecidas".

El portavoz de la Policía de Kaduna, Olufemi Adenaike, también confirmó el ataque, aunque no indicó el número de fallecidos. En Kaduna también son frecuentes los enfrentamientos étnico- religiosos entre pastores musulmanes y aldeanos cristianos. Los enfrentamientos, relacionados con la disputa por las tierras de pastoreo, causaron miles de muertos desde principios de 1990 en el país.