Está muy cerca el operativo de rescate de los 33 mineros atrapados en el Yacimiento de San José, en Chile. El trabajo diario del grupo de salvataje es acompañado por el médico Jean Romagnoli, quien explicó cómo fue su tarea y las posibles complicaciones debajo de la tierra, con sus características y condiciones climáticas.

“Estamos muy ilusionados y muy entusiasmados; ya se ve la luz al final del túnel”, afirmó el Doctor en Medicina Deportiva, a cargo de la salud de los mineros.

“Mi principal preocupación fue la temperatura, que estuvo funcionando en estos hombres en un rango entre 29 y 33 grados centígrados, con un 98 por ciento de humedad. Realizar actividad física allí pone en riesgo la termorregulación. Pero gracias a las pautas de hidratación que implementamos no hubo problemas, le aportamos cerca de 5 litros de bebida por día”, explicó.

“Las otras dificultades que se prevén son el agotamiento muscular, por tener que permanecer en una posición fija dentro de la jaula de rescate, y la posibilidad de desmayo por la tendencia de la sangre a acumularse en las piernas, dado que tendrán que estar de pie, durante el salvataje”, dijo Romagnoli.

En ese sentido, advirtió que “para cubrir eso, realizamos un entrenamiento de resistencia muscular, centrado en manejar el ácido láctico en el cuerpo, sumado a entrenamientos que suelen aplicar los pilotos de combate”.

El ascenso. “Se habló de rangos de entre 20 y 40 minutos. La velocidad de ascenso estará determinada por la tolerancia de los mineros, que informarán sobre su estado durante el proceso”, afirmó el profesional.

“Estaremos monitoreándolos con unos sesores biométricos, capaces de medir frecuencia cardíaca y respiratoria, consumo máximo de oxígeno, temperatura corporal, postura y nivel de actividad”, precisó Romagnoli.

El último 5 de octubre, los trabajadores cumplieron dos meses dentro de la mina.

“Ellos están en un nivel de salud en perfectas condiciones si el rescate fuera hoy mismo. Sólo queremos extremar las medidas de seguridad”, dijo. Asimismo, remarcó que “la claustrofobia no es algo que nos preocupe en demasía porque hablamos de mineros que están acostumbrados a moverse en su cotidianeidad en espacios reducidos”.

Romagnoli especificó que “se trabaja con el peso de estos hombres para que ellos entren en la cápsula”.