El jefe máximo de las FARC, Guillermo Sáenz, alias Alfonso Cano, murió ayer tras un bombardeo a su campamento por parte de las fuerzas militares de Colombia, confirmó el presidente Juan Manuel Santos. Para el jefe de Estado, fue el “golpe más contundente” dado en toda la historia contra la mayor organización guerrillera del país.

Las primeras versiones, divulgadas por fuentes castrenses, indicaron que Cano cayó abatido en un bombardeo lanzado a su campamento en una zona rural del municipio Suárez, en el departamento (provincia) Cauca, en el sur del país. El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, informó que el operativo contra Cano se inició “hace varios días, bajo el nombre de Odiseo, pero se materializó a las 8.30 del día de hoy” (por ayer) con un bombardeo en el que, según confirmó, cayeron varios de los miembros del “anillo de seguridad” del líder guerrillero.

De acuerdo con el ministro, luego las tropas desembarcaron en la zona, hallaron varios elementos que les permitieron concluir que estaban tras la pista de Cano, a quien siguieron y cayó abatido luego de un enfrentamiento con los soldados.

El de ayer fue el segundo gran golpe que el gobierno de Santos propinó a las FARC tras la muerte de su jefe militar, Víctor Suárez Rojas, alias Mono Jojoy, el 23 de septiembre de 2010. Asimismo, Cano resultó el quinto de los siete miembros del Secretariado (máximo órgano ejecutivo) de las FARC que resultó abatido desde marzo de 2008.

El presidente Santos les pidió a los integrantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia que se “desmovilicen”, y advirtió que, si no lo hacen, “terminarán presos o en una tumba”.