La Policía y la Cruz Roja de Kenia confirmaron el atentado, que fue cometido en una cantera en la zona Koromey, a unos 15 kilómetros de Mandera, informó el diario capital News.

Por su parte, la agencia Xinhua consignando como fuente a la policía, informó que los milicianos del grupo Al-Shabaab mataron a al menos 36 trabajadores keniatas de la construcción.

Los atacantes separaron a los musulmanes de los no musulmanes, antes de ejecutar a estos últimos, de acuerdo al diario local The Standard, según despacho de la agencia de noticias Europa Press.

Este atentado ocurre diez días después de que otro supuesto comando del mismo grupo somalí interceptó un autobús en el noroeste de Kenia y ejecutó a 28 de sus 60 pasajeros después de identificarlos como no musulmanes.

El noreste de Kenia sufrió graves ataques desde hace meses, que el Gobierno de Kenyatta había vinculado a redes políticas locales contrarias a su gestión, incluso cuando los yihadistas somalíes habían reclamado su autoría.

Poco después de revelada la matanza, el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, destituyó a su ministro de Interior, Joseph Ole Lenku, y al jefe superior de Policía, David Kimaiyo.

El general retirado Joseph Nkaissery sustituiría en la cartera de Interior y Coordinación Nacional a Ole Lenku, cuya gestión ha sido muy criticada desde el asalto al centro comercial Westgate de Nairobi, donde murieron al menos 67 personas en septiembre de 2013.

Salpicado también por la crisis de seguridad que azota Kenia desde el ataque al Westgate, el hasta ahora jefe superior de Policía, David Kimaiyo, presentó su dimisión en el cargo, que fue aceptada por Kenyatta, confirmaron fuentes presidenciales.

La milicia Al Shabab, que en 2012 anunció su adhesión formal a la red Al Qaeda y lucha para instaurar un Estado islámico de corte wahabí en Somalia, fue incluida en marzo de 2008 en la lista de organizaciones consideradas terroristas por el gobierno estadounidense.