El motín se produjo en la misma cárcel donde hace poco más de un mes, el 29 de septiembre, sucedieron los enfrentamientos más letales de la historia carcelaria de Ecuador, en los que murieron 119 reos.

En un comienzo, las autoridades informaron de 58 muertos, pero más tarde la Fiscalía anunció el aumento de la cifra a "alrededor de 68" de acuerdo a "informes preliminares".

Otros 25 prisioneros resultaron heridos durante la pelea.

El vocero del gobierno de Ecuador, Carlos Jijón, expresó que la situación estaba "controlada", unas horas después de haber mencionado nuevos "ataques" entre reclusos.

"En este momento, la situación está controlada en toda la penitenciaría", aseguró el portavoz.

El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y Adolescentes Infractores (SNAI), organismo rector de las cárceles ecuatorianas, comunicó en Twitter que "la Policía Nacional, Fiscalía y criminalística iniciaron el procedimiento de verificación de personas heridas, fallecidas y más indicios".

Por la misma vía, Guillermo Lasso, presidente del país, envió condolencias a las "familias que perdieron a sus seres queridos" e hizo un llamado de atención a las instituciones del Estado ecuatoriano.

"En especial a la Corte Constitucional. Necesitamos las herramientas constitucionales idóneas para proteger a la población, recobrar el orden en las cárceles y luchar contra las mafias que se lucran del caos", escribió.