Ayer el gobierno de Nicolás Maduro decidió avanzar otro paso en su batalla con la prensa internacional y echó al equipo en español de la cadena CNN que estaba cubriendo la crisis.

Concretamente, el gobierno revocó el permiso para trabajar en el país a los enviados de la red y a la corresponsal. Se trata de Patricia Janiot y Rafael Romo, la representante local Osmary Hernández y una productora que no fue identificada.

La medida fue adoptada junto con otra que suspendió el suministro de combustible a las zonas de mayores protestas, en un agravamiento de la crisis pocas horas antes de la marcha que realizará hoy la oposición liderada por el ex candidato presidencial Henrique Capriles.

Hace poco días, el gobierno de Maduro expulsó a tres diplomáticos norteamericanos a quienes acusó de estar conspirando. El presidente ha eludido hasta ahora confrontar los severos problemas de inflación y desabastecimiento que debilitan la economía nacional y, en cambio, ha culpado a la prensa internacional, a la oposición y a EE.UU. de estar coaligados en una maniobra golpista.

La medida contra los representantes de la prensa fue confirmada por el presidente del Colegio Nacional de Periodistas, Tinedo Guía, que aseguró que las autoridades gubernamentales ya habían despojado de sus credenciales a la reportera local Hernández.