A un mes de su inicio, las protestas contra el gobierno religioso se han extendido como nunca antes entre la nueva generación de mujeres y niñas de Irán, cuyos padres y abuelos intentaron sin éxito cambiar el sistema desde adentro.

En mensajes de video y en las redes sociales, jóvenes víctimas de una violenta represión explican por qué arriesgaron sus vidas para desafiar a las autoridades. "Clérigos, piérdanse". Ese es el cántico de niñas de incluso 11 años en las aulas de todo Irán.