Los dos hombres que fueron acusados formalmente son Anzor Gubashev y Zaur Dadaev, ambos de origen checheno, mientras que los otros tres que fueron detenidos hoy "mantienen el estatus de sospechosos", informó Anna Fadeyeva, vocera del Tribunal Basmanni de Moscú.

La funcionaria no detalló qué cargos se le imputan a los dos chechenos.

Según la cadena estatal Russia Today, la jueza que lleva el caso, Nataliya Mushnikova, informó de la confesión de Dadaev, mientras que Gubashev se declaró inocente.

El medio ruso también anunció que los otros tres sospechosos detenidos hoy son el hermano de Gubashev, Shagit, Ramzat Bakhaev y Tamerlan Eskerkhanov.

"Los (tres) sospechosos niegan estar vinculados al crimen, pero tenemos evidencia de su culpabilidad, que incluye evidencia forense y relatos de testigos oculares", le dijo uno de los investigadores del caso al tribunal que sesionó hoy, según Russia Today.
El tribunal, siempre según esta fuente estatal, ordenó que los tres sigan detenidos durante al menos un mes.

Poco antes de la medianoche del 27 de febrero pasado y dos días antes de una masiva protesta opositora impulsada por él, Nemtsov fue acribillado en la espalda muy cerca del Kremlin y de la Plaza Roja, en el corazón político e histórico de Moscú.
Inmediatamente, el heterogéneo arco opositor ruso dirigió sus sospechas al presidente Vladimir Putin.

Inclusive los más escépticos y moderados acusaron al mandatario de crear el clima político necesario para que se produzca este crimen, al condenar y generar odio contra todos aquellos que critican la reciente anexión de la Península ucraniana de Crimea y se oponen a la injerencia militar en el conflicto separatista en el este de Ucrania.

En este marco, Putin intentó despegarse del crimen esta semana al exigirle al Ministerio del Interior prevenir crímenes políticos como "el descarado asesinato de Boris Nemtsov en pleno centro de la capital".

"Hay que librar de una vez por todas a Rusia de la vergüenza y de tragedias como la que vemos visto y sufrido recientemente", dijo después de que miles de personas participaran el primero de marzo en una marcha en memoria de Nemtsov por las calles de Moscú.

La hipótesis que ha impulsado el Kremlin es que el asesinato de Nemtsov fue un encargo y que los responsables son asesinos profesionales.

Pero, en un hecho que no hizo más que alimentar el clima de sospechas, el secretario del Consejo de Seguridad de Ingushetia, Albert Barajoev, explicó hoy a medios locales que Dadaev, el único que habría confesado su responsabilidad en el crimen, es un subcomandante de un batallón del Ministerio del Interior de Chechenia.

Por su parte, el otro acusado por la Justicia por la muerte del líder opositor, Gubashev, trabaja en una empresa de seguridad de la región de Moscú.

Como pasa en casi todas las regiones del país, el gobierno chechenos y sus fuerzas de seguridad son consideradas un elemento incondicional a los intereses del Kremlin.

En tanto, la agencia de noticias oficial rusa Interfax, informó hoy que otro sospechoso del asesinato de Nemtsov se inmoló anoche en Grozny, la capital de Chechenia, con una granada cuando la policía intentaba detenerlo.