Para algunos la decisión de Finalndia y Suecia es un "desastre" para Moscú, que siempre ha visto la expansión de la alianza como una amenaza de seguridad. Pero el presidente ruso, Vladimir Putin, sorprendió a muchos en mayo pasado cuando dijo que el asunto no representaba "ningún problema", siempre y cuando los nuevos miembros de la OTAN se abstengan de albergar infraestructura militar, especialmente armas nucleares, en su territorio.

Lo que está claro es que el mapa geoestratégico de la región se verá completamente diferente cuando Finlandia y Suecia ingresen a la OTAN. "El Mar Báltico se convertirá, efectivamente, en un lago de la OTAN", declaró recientemente Andrey Kortunov, jefe del Consejo de Asuntos Internacionales de Rusia, un centro de estudios en Moscú que está afiliado al Ministerio de Relaciones Exteriores ruso.

En efecto, con Suecia y Finlandia siendo miembros de la OTAN, Rusia conservará unos 200 km de costa en el Báltico. Y el 90% restante de los 8.000 km de costa quedará compartido por países de la alianza: Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Alemania, Dinamarca, Suecia y Finlandia.

Pero allí, incrustado entre Polonia y Lituania, está Kaliningrado, un "oblast": un exclave o región administrativa de Rusia que no comparte ninguna frontera terrestre con ésta.

Este exclave ruso, de poco menos de un millón de habitantes, se ha convertido en un punto estratégico de las divisiones cada vez más profundas entre Occidente y Rusia.

Y algunos comentaristas aseguran que este pequeño territorio es crucial tanto para la ofensiva de Moscú contra Ucrania como para asegurar sus defensas contra cualquier hostilidad de los países de la OTAN.

E incluso ha habido informes de que Rusia ya ha desplegado armas nucleares en el territorio.

De Koenigsberg a Kaliningrado

Kaliningrado es uno de los 46 oblasts que tiene Rusia en la actualidad, pero es el único que no tiene una frontera terrestre con el país. Además de su importancia estratégica y militar, Kaliningrado tiene una gran importancia histórica tanto para Europa como para Rusia.

Las raíces del territorio se remontan muy atrás en la historia y están estrechamente relacionadas con el destino de Prusia Oriental y su capital, Köenigsberg.

La antigua Königsberg fue fundada por los Caballeros Teutónicos en 1255, una cruzada católica de origen alemán que gobernó Prusia.

Cuando Prusia Oriental se separó de Alemania después de la Primera Guerra Mundial, el territorio siguió siendo parte de Alemania hasta principios de 1945, al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando fue conquistado por el Ejército Rojo soviético.

Entonces, en la Conferencia de Yalta se acordó su división entre Polonia y la Unión Soviética, lo que quedó formalizado en Postdam en 1945.

Su nombre ruso proviene de Mikhail Kalinin, uno de los principales miembros del movimiento comunista bolchevique y jefe oficial de la Unión Soviética entre 1922 y 1946.