Las milicias insurgentes del Este de Ucrania declararon la ley marcial y el toque de queda en la ciudad ucraniana, región en la que las fuerzas gubernamentales reconquistaron algunos bastiones rebeldes.

"Como medida de refuerzo del orden público, la comandancia de los insurgentes introdujo la ley marcial y el toque de queda que regirá desde las 23 hasta las 6", anunció el ministro de Defensa.

Las fuerzas gubernamentales reconquistaron en las últimas semanas Slaviansk y Kramatorsk, ambos bastiones de los rebeldes de Donetsk.

"La situación en la zona de la operación antiterrorista sigue siendo complicada. La mayor tensión se mantiene en Donetsk, Lugansk, Lisichansk, Antratsit, Severodonetsk y Krasnodon", informó por su parte el funcionario ucraniano en un comunicado.

Las autoridades ucranianas aseguran que los milicianos tienen programados nuevos ataques contra los edificios de las administraciones locales.

 En tanto, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa ucraniano, Andrei Lisenko, informó hoy que 11 soldados ucranianos murieron en las últimas 24 horas en enfrentamientos con los milicianos, informó la agencia de noticias EFE.

Así, ascienden a 269 los muertos en las filas de las fuerzas gubernamentales desde el inicio de la ofensiva lanzada por Kiev contra los bastiones rebeldes en las regiones de Donetsk y Lugansk.

Los combates recrudecieron en los últimos días en la frontera con Rusia, a la que Ucrania acusa de permitir la libre circulación a través de ésta de milicianos rebeldes equipados con armamento pesado, entre los que figurarían numerosos mercenarios rusos.

Mientras tanto, Rusia está alarmada por la escalada de tensión en la frontera, varios de cuyos tramos fueron tomados por los rebeldes a principios de junio, pero que las fuerzas gubernamentales ucranianas recuperaron en parte en los últimos días.

Los agregados militares de diez países occidentales, entre ellos Estados Unidos, Alemania, Francia y España, además de China, aceptaron la invitación rusa para inspeccionar la frontera.

La OSCE también enviará a la zona a tres observadores, que emitirán la próxima semana un informe sobre la necesidad de desplegar en la frontera ruso-ucraniana una misión permanente.

La Cancillería ucraniana criticó la iniciativa debido a que la inspección sólo se realiza en la parte rusa de la línea divisoria entre ambos países.

Además, acusó a Moscú de intentar confundir a la comunidad internacional y de desprestigiar la ofensiva contra los insurgentes.