En el paso del Huracán Irene por la costa este de los Estados Unidos, al menos cuatro personas murieron, trescientas mil personas quedaron sin energía eléctrica y se produjeron varias inundaciones. Los desplazados de sus hogares ascienden a dos millones.

El fenómeno meteorológico alcanzó ráfagas de hasta ciento cuarenta kilómetros por hora, con un promedio de veinticuatro, y amenaza grandes ciudades como Washington y New York. Durante su paso por el Caribe, ocasionó la muerte de cinco personas.

En este contexto, el alcalde de New York, Michael Bloomberg, le pidió a la población que buscara refugio “ya”, recordó que se interrumpía a partir del mediodía local el transporte público y alertó que hay que prepararse “para el peor escenario”. Miles de personas se trasladaban en la mañana de este sábado hacia tierra adentro.