La cadena televisiva CNN elevó a 15 el número de víctimas fatales, golpeadas en la mayoría de casos por árboles, ramas, escombros u otros elementos que salieron volando por la fuerza del viento.

En Carolina del Norte murieron seis personas, en Virginia se registraron otras cuatro víctimas, en Maryland una mujer perdió la vida después de que un árbol golpeara la chimenea de su casa y hundiera el techo.

También la muerte de un surfista de 55 años en Florida se atribuyó al Irene, y en Connecticut se registró un muerto más.

El gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, informó que en su estado murieron otras dos personas. "Nos habíamos preparado para lo peor, pero fue un tanto mejor de lo que habíamos esperado", dijo no obstante.

El director de la oficina federal para las emergencias (FEMA), Craig Fugate, aseguró a la cadena televisiva ABC que "realmente aprendimos a trabajar como un único equipo, no como separados niveles de gobierno, y a tener todo preparado antes de la que tormenta golpeara".

"Aprendimos la lección del Katrina", dijo en referencia al huracán que en 2005 asoló Nueva Orleans y provocó más de 1.800 muertos.

En Nueva York dejó de llover hoy y mucha gente empezó a salir a la calle a hacer deporte o tomar fotos, según informó la agencia italiana ANSA.

Las inundaciones afectaron algunas calles ubicadas a la orilla de la ciudad. En Battery Park, en el extremo sur de Manhattan, el agua del río Hudson se desbordó pero apenas avanzó tierra adentro.

En Brooklyn, algunas calles de Coney Island quedaron bajo el agua, sin embargo, las inundaciones más importantes se produjeron a las afueras de la ciudad, a lo largo de la costa.

Unas 90.000 personas se quedaron sin electricidad en Nueva York. El apagón afectó en particular a los residentes de Bronx, Staten Island, Brooklyn y, sobre todo, Queens, donde unas 25.000 habitantes sufrieron el corte del suministro eléctrico.

Los aeropuertos en Nueva York siguen cerrados y se desconoce si el subte reabrirá normalmente mañana.